miércoles, 26 de agosto de 2015

Memoria (Óleo sobre tablilla 50x40)

Sabe tu memoria que los peces lloran
cuando la luna enfría
las salinas aguas de estos mares
Sueñan las sirenas en lo hondo
mientras las acunan peces abisales 
Volcanes apagados en silencio
contemplan este mundo paralelo
donde el sonido es espejo mudo
tumba de palabras nunca pronunciadas
Nada en el mundo mueve más mi rima
que los haces de luz de esa mirada
recuerdo con nostalgia los destellos
de esos ojos, faros de otras costas
Iluminando desde el rompeolas
los tesoros ocultos de mi alma
Intermitentes y firmes indicando
la ruta inquietante de los navegantes
que en solitario cruzan el océano
dejando tras de sí aire de agua.
Nieves Collantes 

domingo, 23 de agosto de 2015

Faro (Óleo sobre tabla 60x50)

A aquel faro le gustaba su tarea, no sólo porque le permitía ayudar, merced a su sencillo e imprescindible foco, a veleros, yates y remolcadores hasta que se perdían en algún recodo del horizonte, sino también porque le dejaba entrever, con astuta intermitencia, a ciertas parejitas que hacían y deshacían el amor en el discreto refugio de algún auto estacionado más allá de las rocas.
Aquel faro era incurablemente optimista y no estaba dispuesto a cambiar por ningún otro su alegre oficio de iluminador. Se imaginaba que la noche no podía ser noche sin su luz, creía que ésta era la única estrella a flor de tierra pero sobre todo a flor de agua, y hasta se hacía la ilusión de que su clásica intermitencia era el equivalente de una risa saludable y candorosa.
Así hasta que en una ocasión aciaga se quedó sin luz. Vaya a saber por qué sinrazón mecánica el mecanismo autónomo falló y la noche puso toda su oscuridad a disposición del encrespado mar. Para peor de los males se desató una tormenta con relámpagos, truenos y toda la compañía. El faro no pudo conciliar el sueño. La espesa oscuridad siempre le provocaba insomnio, además de náuseas.
Sólo cuando al alba el otro faro, también llamado sol, fue encendiendo de a poco la ribera y el oleaje, el faro del cuento tuvo noción de la tragedia. Ahí nomás, a pocas millas de su torre grisácea, se veía un velero semihundido. Por supuesto pensó en la gente, en los posibles náufragos, pero sobre todo pensó en el velero, ya que siempre se había sentido más ligado a los barcos que a los barqueros. Sintió que su reacio corazón se estremecía y ya no pudo más. Cerró su ojo de modesto cíclope y lloró dos o tres lágrimas de piedra.

                     Mario Benedetti

lunes, 10 de agosto de 2015

Tweed Cycling (Sanguina 42x30)

En muchos países viene surgiendo con fuerza un nuevo movimiento ciclista que une el amor por las bicis clásicas y el ciclismo urbano con la ropa elegante de corte también clásica. Es el denominado Tweed Cycling en referencia a dicho tejido que es el preferido para salir a pedalear.
Este movimiento nació en la zona de sastrerías de Saville Row en Londres (1996) y se expande a muchos puntos del globo como Chicago, San Francisco, etc. Por supuesto el tejido por excelencia es la lana y las modernas fibras o lycras no tienen cabida en su imaginario. Lo divertido es salir a dar un paseo en las concentraciones mostrando tanto las máquinas restauradas como la ropa chic.

 Es un movimiento en consonancia con el slow life que proclama su amor por los aceros de toda la vida frente al carbono, las luces de dinamo frente a los Leds o los sillines de cuero y muelles frente a los estrechos sillines actuales. En definitiva una búsqueda de materiales de buena calidad y básicos de toda la vida y sobre todo pasárselo bien. No hay mejor avituallamiento que una cerveza en un buen pub o una buena taza de te en porcelana de China. 


domingo, 2 de agosto de 2015

La Trini (Óleo sobre tablilla 50x40)

Preso de su mirada clavel,
Cada vez que conmigo se cruza,
Cautivando las razones de mí ser,
Con su encanto de mujer Andaluza.
Sonrisa que encandila mi alma,
Expuesta debido a su embrujo,
Mostrando mi deseo con sed,
Ilustrando su cuerpo desnudo.
Larga melena azabache,
Brillante sus ojos de luto,
Por un amor que aguanto prohibido,
Ahorcado por respetos ocultos.
Milenios de ingenio astuto,
Accionando su virtud, que asusto,
Yacente agraciado primor,
Tendente a la pasión, y no al odio
En este estival diamante puro.
Baila Gitana de mis amores,
Andaluza de sangre calé,
Encandila todos mis sentidos,
Zapateando emociones de ayer.
Grabado con hilos de miel,
Augura futuras caídas,
Respira aire cándido y fiel,
Capaz de impregnarte de hermosura,
Iniciando las pautas y pretender,
Adquirir lealmente mi ternura.

Canta, sonríe, danza,
Sueña infantil con templanza,
Salta, mira, enseña,
Tu mundo al vivir risueña,
Que a mí me hace perder sin querer,
Fantasiosamente la cordura,
Que acompaño de la mano al saber,
Que mi amor es hijo de la locura.

   Juan Andrades

Sensibilidad (Óleo sobre tablilla 60x49)

¡No te avergüences de tu sensibilidad!
Te ha traído muchas riquezas.
Eres capaz de ver lo que otros no ven,
Sentir lo que otros se avergüenzan sentir.
Eres más abierto, menos indiferente.
Te resulta más difícil hacerte de la vista gorda.
Tú no has cerrado tu corazón,
a pesar de todo.
Eres capaz de aceptar
las altas más intensas
y las bajas más oscuras
en tu amoroso abrazo.
(Sabes que ninguna te define.
Que todo pasa.
Que eres un cuenco cósmico.)
¡Celebra tu sensibilidad!
Te ha mantenido flexible y abierto.
Te ha permitido estar cerca del milagro.
Y la presencia consciente brilla en ti con toda intensidad.
No te compares con los demás.
No esperes que ellos te entiendan.
Sin embargo, sí puedes enseñarles:
Que está bien sentir, profundamente.
Que está bien no saber.
Que está bien jugar
en el borde más crudo de la vida.
La vida podrá parecerte 'dura', a veces,
Y a menudo sientes que te puede abrumar.
Pero es aún más duro
reprimir tus abrumadores dones.
A los que son más sensibles:
¡Traigan un poco de dulzura a este cansado mundo!
¡Sigan brillando con sensibilidad valiente!
¡Ustedes son los portadores de la luz!
   
         Jeff Foster