Luz que sanas
Amor que alumbras
Paz que vibras en el corazón
Alegrías de la vida
Felicidad hecha canción
Alma de compasión
Espíritu de bondad
Llenas mi universo
Me colmas cada día
de Gracias amor y paz.
Aién
miércoles, 23 de septiembre de 2015
Lavanda (Óleo sobre lienzo 20x60)
Espacio de neutralidad, silencio y paz
contemplando sensaciones sin describirlas ni interpretarlas
sin identificarme con pensamientos
disfrutando las percepciones
en el silencio siento paz
me lleno de amor
comparto felicidad
Naturaleza viva
Libertad
Vuelo inmenso del alma
Concierto de armonías
Jugando con los niños
Alegría viva
Entonación amorosa
Rosas y alelíes
Colibríes y palomas
Aromas inmensos
Descanso hermoso
Vida viva
Espacio de neutralidad, silencio y paz
Aién
contemplando sensaciones sin describirlas ni interpretarlas
sin identificarme con pensamientos
disfrutando las percepciones
en el silencio siento paz
me lleno de amor
comparto felicidad
Naturaleza viva
Libertad
Vuelo inmenso del alma
Concierto de armonías
Jugando con los niños
Alegría viva
Entonación amorosa
Rosas y alelíes
Colibríes y palomas
Aromas inmensos
Descanso hermoso
Vida viva
Espacio de neutralidad, silencio y paz
Aién
Al Alba (Óleo sobre placas de 15x15 pintado a Espatula)
El día de los desventurados, el día pálido asoma
con un desgarrador olor frío, con sus fuerzas en gris,
sin cascabeles, goteando el alba por todas partes:
es un naufragio en el vacío, con un alrededor de llanto.
Porque se fue de tantos sitios la sombra húmeda, callada,
de tantas cavilaciones en vano, de tantos parajes terrestres
en donde debió ocupar hasta el designio de las raíces,
de tanta forma aguda que se defendía.
Yo lloro en medio de lo invadido, entre lo confuso,
entre el sabor creciente, poniendo el oído
en la pura circulación, en el aumento,
cediendo sin rumbo el paso a lo que arriba,
a lo que surge vestido de cadenas y claveles,
yo sueño, sobrellevando mis vestigios morales.
Nada hay de precipitado ni de alegre, ni de forma orgullosa,
todo aparece haciéndose con evidente pobreza,
la luz de la tierra sale de sus párpados
no como la campanada, sino más bien como las lágrimas:
el tejido del día, su lienzo débil,
sirve para una venda de enfermos, sirve para hacer señas
en una despedida, detrás de la ausencia:
es el color que sólo quiere reemplazar,
cubrir, tragar, vencer, hacer distancias.
Estoy solo entre materias desvencijadas,
la lluvia cae sobre mí, y se me parece,
se me parece con su desvarío, solitaria en el mundo muerto,
rechazada al caer, y sin forma obstinada.
Pablo Neruda
con un desgarrador olor frío, con sus fuerzas en gris,
sin cascabeles, goteando el alba por todas partes:
es un naufragio en el vacío, con un alrededor de llanto.
Porque se fue de tantos sitios la sombra húmeda, callada,
de tantas cavilaciones en vano, de tantos parajes terrestres
en donde debió ocupar hasta el designio de las raíces,
de tanta forma aguda que se defendía.
Yo lloro en medio de lo invadido, entre lo confuso,
entre el sabor creciente, poniendo el oído
en la pura circulación, en el aumento,
cediendo sin rumbo el paso a lo que arriba,
a lo que surge vestido de cadenas y claveles,
yo sueño, sobrellevando mis vestigios morales.
Nada hay de precipitado ni de alegre, ni de forma orgullosa,
todo aparece haciéndose con evidente pobreza,
la luz de la tierra sale de sus párpados
no como la campanada, sino más bien como las lágrimas:
el tejido del día, su lienzo débil,
sirve para una venda de enfermos, sirve para hacer señas
en una despedida, detrás de la ausencia:
es el color que sólo quiere reemplazar,
cubrir, tragar, vencer, hacer distancias.
Estoy solo entre materias desvencijadas,
la lluvia cae sobre mí, y se me parece,
se me parece con su desvarío, solitaria en el mundo muerto,
rechazada al caer, y sin forma obstinada.
Pablo Neruda
viernes, 11 de septiembre de 2015
Rumor (Óleo sobre tablilla 32x26)
No hay luna
pero hay una cuna
de arena fina en la playa
Sueñas con peces azules
con sirenas
y ballenas
Mientras te besan las olas
llega el rumor de la nana
Es la voz dulce y paciente
de tu madre que te llama
Abres los ojos y encuentras
sus brazos que te reclaman
Duerme mi niño, tú duerme
que la mar está ya en calma
y no hay dolor que te alcance
desde este lado del agua.
Nieves Collantes
martes, 1 de septiembre de 2015
Morir de Amor (Óleo sobre Lienzo 60x20)
Y ella que moría por morir de amor
de herida de amor muere
Y agoniza muriendo de esa herida
que de amor mata
que de amor hiere
Nieves Collantes
de herida de amor muere
Y agoniza muriendo de esa herida
que de amor mata
que de amor hiere
Nieves Collantes
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