Para tu ventana
un ramo de rosas me dio la mañana.
Por un laberinto de calle en calleja,
buscando, he corrido, tu casa y tu reja.
Y en un laberinto me encuentro
perdido
en esta mañana de mayo florido.
Dime dónde estás.
Vuelta y revueltas. Ya no puedo más.
Antonio Machado
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