A FILIPINAS
Ardiente y bella cual hurí del cielo, graciosa y pura cual naciente aurora cuando las nubes de zafir colora, duerme una diosa del indiano suelo. Besa sus plantas con amante anhelo, la leve espuma de la mar sonora; el culto Ocaso su sonrisa adora y el cano Polo su florido velo. Mi musa, balbuciente, con ternura, la canta entre las Náyades y Ondinas; yo la ofrezco mi dicha y mi ventura. De verde mirto y rosas purpurinas y azucenas ceñid su frente pura, artistas, y ensalzad a Filipinas!
José Rizal
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lunes, 24 de noviembre de 2014
PINOY (Acuarela 32 x 23)
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